El Manchester United vivió una pésima jornada este fin de semana, después de que acabara con nueve jugadores (expulsión de Paul Scholes y Wayne Rooney) y derrotados ante el Fulham (2-0). Supone la segunda derrota consecutiva del equipo, tras el rotundo 1-4 asestado por el Liverpool la pasada semana, algo que no le sucedía en la Premier desde 2005.
De esta manera, esta derrota le puede salir cara al conjunto de Álex Ferguson, ya que el Liverpool puede situarse a 1 punto de distancia si este domingo se impone al Aston Villa.El conjunto londinense se adelantó en la primera mitad por un penalti cometido por manos de Paul Scholes al intentar evitar un gol, que supuso la expulsión del centrocampista de los "red devils" y propició la pena máxima ejecutada con acierto por el capitán Danny Murph. El Manchester no sólo no logró igualar en el segundo tiempo, sino que, en pleno asedio de la meta rival, se vio sorprendido por un contragolpe que supuso el segundo gol del Fulham, con un acrobático remate del medio húngaro Zoltan Gera (m.87).
Acto seguido, Rooney se ganó la segunda tarjeta amarilla y el United acabó, incluso, ridiculizado por la afición local que jaleó cada acción de los suyos.
El Chelsea también perdió
No sólo sufrió el United. En el derbi londinense de la jornada, en White Hart Lane, el Chelsea de Guus Hiddink se fue a casa con otro resultado inesperado. El Tottenham Hotspur, con un gol del croata Luka Modric en el minuto 50, se imponía a los "blues" y se llevaban el encuentro. Un resultado que, sumado a la derrota del líder ante el Fulham, viene de perlas al Liverpool.
Por otro lado, el Stoke venció al Middlesbrough por 1-0 logrando un importantísimo resultado en su lucha por mantenerse en la Premier mientras que el colista West Brom saldó su choque ante el Bolton con un empate a uno.
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